Alga wakame:
Es un alga estrella en cocina macrobiótica debido a que es excelente protectora de las enzimas digestivas, mejora la función renal-hepática, regenera la sangre y equilibra el sistema nervioso. Está muy indicada en niños y en embarazadas. Nos aporta calcio, hierro y sobre todo B12. Es la más rica en vitaminas del grupo B. Además, el uso continuado de esta alga neutraliza el colesterol en la sangre y el exceso de nicotina en los fumadores. Debido a su sabor suave y dulce es la más utilizada en las sopas, sobre todo la miso. También acompaña a pescados e incluso fritos, sirviéndose con unas gotas de salsa de soja y vinagre de arroz en ensaladas y guarniciones. Se debe marinar o hidratar, aunque no es necesario en el caso de los caldos.
Alga kombu:
Tanto alga wakame como alga kombu son utilizadas para regular la presión arterial. El alga kombu contiene también vitamina B12 y es la más rica en yodo. A menudo se añade a la cocción de las legumbres pues contiene ácido glutámico que ablandan la fibra de éstas haciéndolas más digestivas y evitando la formación de gases. Este ácido repara la irritación del intestino ayudándole en la absorción al eliminar los tóxicos presentes, y hace además efecto “umami” o potenciador del sabor del resto de ingredientes del plato. Del mismo modo este alga ayuda a eliminar la radioactividad a través del intestino. Para cocinarlas debemos remojarlas 25 min aproximadamente debido a que son muy duras, y cocinarlas mínimo 40 minutos. Pero si van a ser cocidas en agua, no es necesario remojarlas. Es gran aliada en potajes y caldos, beber el caldo donde se han cocido nos aportarán grandes beneficios, siendo indicada en casos de hipotiroidismo, artritis, enfermedades cardiovasculares, gota y reumatismos.
Alga Nori:
La compraremos como una hoja o lámina cuadrada y se trata de un aglomerado prensado de partículas del alga. Se emplea mucho para hacer sushi y es por esto que es las más conocida en occidente. Debe ser tostadas en el fuego o la sartén hasta que su color sea verde brillante. Luego se trocean para añadir a las verduras, o a las sopas, pastas, guisos y ensaladas, justo antes de servir, o se puede hacer polvo y añadirse a arroces. También se utilizan para preparar condimentos y su sabor es suave, aunque mezclado con tofu recuerda el sabor a pescado y podríamos hacer fácilmente pescado vegetal. Se puede mezclar con salsa de soja en una cocción larga a fuego lento para eliminar viejos azúcares del cuerpo. Contiene menos yodo que el alga kombu y también que alga arame. Pero aporta vitamina C, alto contenido en A (fortalece la piel y las mucosas) y B12, es alta en aminoácidos, proteínas, calcio, fósforo, magnesio, beneficiando con todo ello al aparato reproductor y a los riñones. Además disminuye el nivel de colesterol en la sangre diluyendo los depósitos grasos. Este alga es además beneficiosa en la memoria y en general en el desarrollo cerebral.
Alga Arame:
Contiene altas dosis de yodo (junto con kombu son las algas con mayor contenido en yodo), hierro, calcio, fósforo, vitamina A, B1 y B1, asi como azúcares naturales, siendo útil ante la diabetes (estabilizan la glucosa sanguínea) y ante la anemia, y también regula, como el alga nori y el alga kombu, el aparato reproductor, pero este alga limpia especialmente el aparato femenino. Da elasticidad al sistema cardiovascular y es especialmente recomendada en alzheimer y en demencia senil. Está también indicada en diarrea y en trastornos nerviosos. Se comercializa en filamentos, tiene un sabor suave y su color es negro. Se remoja durante 10 minutos y está lista para comer en cereales como el mijo o el arroz, en sopas, o con verduras redondas como calabaza, cebolla y repollo, cociéndolas con ella, o simplemente saltearla o también podemos ponerla en ensaladas refrescantes. Además es interesante tomarla cuando se coma huevo para equilibrarnos energéticamente. Es recomendable escaldarlas antes de cocinarlas para atenuar su intenso sabor a mar, o marinarlas con salsa de soja y especias.
Alga Hiziki:
De aspecto similar, pero más dura y fuerte, encontramos el alga hiziki. Este alga es muy rica en calcio, y contiene además yodo, sodio y potasio. Se aconseja en problemas de artrosis, descalcificación y raquitismo. Está también indicada en mujeres embarazadas, así como niños en edad de crecimiento (siendo recomendable tomar a diario tanto ésta como arroz dulce). Depura el nivel de azúcar en la sangre. Además su relación calcio-fósforo es muy equilibrada por lo que es muy recomendada en osteoporosis. Una cucharada contiene más calcio asimilable que un vaso de leche debido a que la alta dosis protéica de la leche ocasiona una acidez que impide asimilar el calcio en su totalidad (contiene calcio catorce veces más biodisponible que la leche). También contiene hierro, vitamina A, B2, niacina, B12 y ácido fólico. Evita el encanecimiento prematuro del cabello y contribuye a un cabello fuerte y sano. Se puede emplear su agua de remojo como mascarilla y también para la piel pero no se recomienda beber este agua. Para cocinarlas se remojan 15 minutos y después se cuecen cubiertas de agua unos 25. Se pueden añadir a arroces y a cremas o saltearlas con aceite de sésamo incrementará el calcio que absorberemos.
Alga Agar-agar:
Este alga de sabor neutro, es considereada la gelatina vegetal. Por su alto contenido en fibra ayuda a intestinos delicados a evacuar, y también a las personas con problemas articulares. Es un alga refrescante y saciante de uso frecuente en las ensaladas chinas pero también se emplea para hacer gelatinas de frutas o de verduras, flanes, caramelos de goma, mousses…. Se cuecen unos 10 minutos en caldo de verduras o zumo hasta que se disuelven (no se convertirá en gelatina si no es calentada hasta 90ºC y disuelta por completo). Al enfriarse quedará una gelatina sólida. Para las ensaladas solamente hay que dejarlas en remojo con agua fría durante 10 minutos.
©Laura González es experta en medicina de extremo oriente y nutrición integrativa, certificada en evidencia científica sobre microbiota intestinal, ha trabajado durante años con procesos oncológicos en colaboración médica y ha sido la coordinadora de un departamento de coaching en cocina saludable en área clínica internacional donde fue elegida talento del año en 2017.
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