Nuestros cuerpos están expuestos a varias fuentes de toxinas, como la contaminación del aire, los químicos y azúcares en nuestras dietas, algunas sustancias que consumimos como el alcohol o el tabaco, u otras que se han agregado a nuestros alimentos como pesticidas o aditivos, también los productos de limpieza que usamos y la lista continúa. Además, si se combina con una vida sedentaria y estresante, nuestra salud puede verse afectada y pueden surgir algunos problemas de salud, facilitando las tan conocidas enfermedades crónicas.
En cocina energética tendemos a incorporar algunos diuréticos y vegetales de alto poder depurativo como el apio; especialmente en su tallo, contiene aceites esenciales como el limoneno o la selinosa que nos ayudan a eliminar la retención de líquidos. También con propiedades similares encontramos las verduras de hoja como la col rizada o el berro, que podemos comer en primavera y verano, ambas altas en vitamina A que nos ayudan a tener una buena vista, buena piel y un sistema inmunitario fuerte, también tienen una alta concentración de clorofila ligada a la prevención natural del cáncer, bloquean los efectos cancerígenos y protegen el ADN del daño.
La familia de las crucíferas como la col, el nabo, el nabo daikon, la rúcula, la coliflor y el brócoli, entre otros, son conocidas por tener altos efectos purificadores debido a su contenido en minerales vitales como calcio o magnesio, fibra y agua. El repollo ayuda al intestino a funcionar correctamente y fortalece la motilidad intestinal debido a su alto contenido de vitamina C y sus cualidades antiácidas. Además, uno de los alimentos más recomendados para la desintoxicación es el nabo japonés daikon, que ayuda a eliminar el pegamento acumulado en nuestro cuerpo a partir del azúcar, harinas refinadas y productos de origen animal.
Las algas marinas nos ayudan a deshacernos de los metales pesados y nos aportan grandes cantidades de minerales, simplemente tomando muy pequeñas cantidades, por ejemplo, cocinando las legumbres con una tira de kombu aseguramos una buena ingesta de calcio, también otras algas como arame o hiziki tienen un alto contenido de calcio, proteína y fibra, a la vez que son una buena fuente de antioxidantes y protegen nuestra flora intestinal.
Por último, pero no menos importante, es de vital importancia tomar suficiente fibra para que la comida permanezca poco tiempo en nuestro cuerpo y tengamos una digestión más efectiva. Las fibras solubles que se encuentran en la piel de los cereales, legumbres, semillas, frutos secos o frutas, están asociadas a la protección del corazón y la prevención de la diabetes.
©Laura González es experta en medicina de extremo oriente y nutrición integrativa, certificada en evidencia científica sobre microbiota intestinal, ha trabajado durante años con procesos oncológicos en colaboración médica y ha sido la coordinadora de un departamento de coaching en cocina saludable en área clínica internacional donde fue elegida talento del año en 2017.
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